El futuro nació en 1912. Alan Turing.
Saludos a quienes se aventuran en el fascinante viaje por la historia de la inteligencia artificial. En esta exploración, destacamos a Alan Turing, nacido en 1912, cuya influencia en la computación moderna y la IA sigue siendo fundamental.
Desde joven, Turing mostró un talento excepcional para las matemáticas y la lógica. En Cambridge y Princeton, sentó las bases de lo que sería la computación. Pero es en 1936, con su trabajo «On Computable Numbers«, donde presenta la idea de una máquina universal, capaz de ejecutar cualquier cálculo imaginable. Este concepto, la Máquina de Turing, se convierte en piedra angular de la ciencia de la computación.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Turing juega un papel crucial en el descifrado de códigos enemigos, siendo su trabajo en Bletchley Park con la máquina Enigma uno de sus logros más notables y contribuyendo significativamente a la victoria de los Aliados.
En 1950, Turing se adentra en el campo de la inteligencia artificial con su artículo «Computing Machinery and Intelligence», proponiendo lo que ahora conocemos como el Test de Turing. Este test busca determinar si una máquina puede imitar de forma indistinguible la inteligencia humana.
Lamentablemente, Turing enfrentó dificultades personales en una época donde la homosexualidad era ilegal en el Reino Unido (desgraciadamente, no fueron robots los que le persiguieron). En 1952 fue procesado por este motivo, y su vida terminó trágicamente en 1954 en circunstancias aún discutidas.
En la historia de la IA, ha habido varios intentos de pasar el Test de Turing. En 1966, el programa ELIZA, que simulaba ser un psicoterapeuta, engañó a algunos usuarios, pero su capacidad era limitada. En 2014, «Eugene Goostman«, que se presentaba como un adolescente ucraniano, engañó al 33% de los jueces en una prueba, pero este logro también fue cuestionado.
La relevancia de Turing en el futuro es imposible de exagerar. Sus teorías sobre computación e IA no solo allanaron el camino para la tecnología moderna, sino que siguen inspirando nuevas investigaciones. Hoy, cuando la IA se integra cada vez más en nuestras vidas, las ideas de Turing nos guían a través de los desafíos éticos y prácticos que enfrentamos.
El legado de Turing trasciende sus aportaciones científicas. Se ha convertido en un ícono de la diversidad y la perseverancia ante la adversidad, recordándonos la importancia de respetar las libertades individuales y la diversidad de pensamiento.
Turing nos enseña que el futuro, tanto en el ámbito tecnológico como en el humano, se construye sobre los cimientos de mentes visionarias. Su historia nos recuerda que la genialidad trasciende género, orientación sexual y barreras.
Para más inquietudes o curiosidades, recuerde: vuelva usted mañana.