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En un mundo acelerado por los avances tecnológicos, desde coches autónomos hasta frigoríficos inteligentes, la inteligencia artificial (IA) continúa sorprendiéndonos con innovaciones que parecen sacadas de una novela de ciencia ficción. La última frontera de este avance nos lleva a conversaciones digitales con animales, específicamente con pollos, gracias a investigaciones realizadas en la Universidad de Dalhousie en Nueva Escocia, Canadá. Este estudio promete un futuro donde entender las «charlas» de nuestros amigos emplumados podría ser tan común como enviar un mensaje de texto.

El estudio se basa en el uso de Redes Neuronales Convolucionales (CNN) y Coeficientes Cepstrales de Frecuencia de Mel (MFCC), permitiéndonos entender mejor las vocalizaciones de los pollos. Este avance no solo promete mejorar la vida de estas aves sino que también tiene implicaciones significativas en el sector agrícola, prometiendo un trato más humano y empático hacia los animales de granja.

Bill Gates, en su carta anual, reflexiona sobre el impacto transformador de la IA en diversos campos como la salud, la educación y la agricultura. Resalta el potencial de esta tecnología para acelerar el ritmo de descubrimientos y mejorar la vida en países de ingresos bajos y medios.

Mientras tanto, la preocupación por la seguridad y privacidad crece con el incremento en el uso de IA. Un ejemplo alarmante es el fraude tecnológico dirigido a comunidades religiosas en España, donde estafadores, mediante el uso de IA avanzada, han logrado imitar las voces e imágenes de figuras de autoridad para cometer estafas.

La tecnología sigue avanzando a pasos agigantados, y con ella, la forma en que interactuamos con el mundo. La pregunta permanece, ¿estamos listos para este futuro?