La historia de la Inteligencia Artificial (IA) es una odisea que se entrelaza con el desarrollo del pensamiento humano, desde la curiosidad de los homo erectus hasta el siglo XXI, donde quizá, estamos perdiendo el habito de pensar. Este artículo nos embarca en un viaje retrospectivo, explorando cómo la curiosidad innata y la lógica racional fueron los pilares fundamentales en la creación de la IA. ¿Listos para viajar en el tiempo y descubrir las raíces de la IA? Continúa leyendo.

El inicio de nuestra travesía se sitúa en los albores de la humanidad, con nuestros antepasados contemplando las estrellas, preguntándose sobre el futuro. Estas reflexiones estelares representan los primeros esfuerzos por comprender y simular la inteligencia, sembrando la semilla de lo que hoy es la IA.

Avanzamos a la Antigua Grecia, donde filósofos como Aristóteles marcaron un hito. Aristóteles, a quien podríamos considerar un proto-programador, codificó las leyes de la lógica, un paso crucial para el desarrollo posterior de la IA.

El Renacimiento, una época de fusión artística y científica, nos trae a figuras como Leonardo da Vinci y su «caballero mecánico». Esta conceptualización del cuerpo humano en términos mecánicos puede verse como un precursor de la robótica moderna.

La Revolución Industrial marcó un cambio paradigmático con la introducción de máquinas realizando tareas humanas. Aunque rudimentarias comparadas con la IA de hoy, estas máquinas representaron el inicio de la automatización a gran escala.

El siglo XIX nos presenta a Charles Babbage y Ada Lovelace. Babbage propuso la Máquina Analítica, un antecedente de la computadora moderna, mientras que Lovelace, reconocida como la primera programadora, vislumbró el potencial de esta máquina más allá de los cálculos numéricos simples.

La década de 1930 fue testigo de los avances de Alan Turing, un matemático británico que sentó las bases de la computación moderna con su concepto de «máquina universal«, crucial para entender cómo las máquinas pueden simular procesos de pensamiento.

Al llegar a 1940, justo antes de que el término «inteligencia artificial» fuera acuñado, los cimientos estaban puestos. Desde la lógica de Aristóteles hasta la máquina de Turing, pasando por los sueños mecánicos del Renacimiento, se preparaba el escenario para el nacimiento de la IA como disciplina científica.

Con el siglo XX, la ciencia ficción empezó a imaginar robots y mentes artificiales. Autores como Isaac Asimov que planteo las tres leyes de la robótica y dilemas éticos sobre la IA que persisten hoy.

Conclusión:

La prehistoria de la IA es una fascinante combinación de filosofía, invención mecánica y computación temprana. Esta historia no solo resalta la evolución tecnológica, sino también la constante curiosidad y creatividad humana que ha allanado el camino para máquinas capaces de imitar o complementar nuestras capacidades mentales. Es ahora, con Chat GPT-4 (y compañía), cuando hemos dado un salto significativo en su desarrollo, ¿Será a partir de ahora un viaje vertiginoso hacia quien sabe qué? Aquí estaremos para verlo.

La próxima vez que uses Google maps, recuerda que su linaje se remonta a las estrellas contempladas por nuestros ancestros. Y, ya sabes, si tu problema es mas terrenal, vuelva usted mañana.